Translate

12/9/12

El macho mantis religiosa

   Ella  trabajaba como encargada de varias tiendas de ropa de poner y tirar y cada día conseguía rapiñar más de cien euros. El ilícito le reportaba unos pingües beneficios que iba gastando sin mesura en compañía del gran amor de su vida, que aprovechaba la ocasión  para vivir como un rey. Formaban una pareja peculiar que se separaba a de cada infidelidad para reconciliarse cuando el otro se sentía resarcido después de pagar con la misma moneda.  Él se dejó llevar por una atracción sexual que se había convertido en perversión. Aceptaba regalos caros y viajes románticos que le mantenían sumido en una felicidad latente, esperando, a veces semanas enteras, para reencontrarse con la bella, entreteniéndose viendo escaparates y enfrascado en los chats y las páginas de contactos o bajándose de Internet, programas e información que nunca utilizaría.
Sentía rencor por todo aquello relacionado con cierta posición social, a la que él mismo había renunciado, siempre demasiado ocupado con el engaño. Vivía enredado en las faldas de su ex mujer, de su pareja oficial y de su amante. La primera asumía el papel que tradicionalmente se atribuye a las suegras, la segunda debía ser mantenida contra viento y marea en la inopia y la tercera disfrutaba con el juego perverso.
     Con los años, su vida se había ido acompasando al ritmo lento de la mantis religiosa, con el peligro de que en cualquier momento, como ocurre con algunos machos de la especie, él siguiera moviendo la cola  intentando copular, después de que la hembra se hubiera comido su cabeza, en pleno acto sexual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario